jueves, 28 de junio de 2012

RIQUELME YA DISPUTO UNA REVANCHA CON LEY A SU FAVOR


Zorro viejo Riquelme, que sabe de esto: le pegó al árbitro de la ida Enrique Osses, quien se equivocó más a favor de Boca, para comenzar a condicionar la revancha. Queda claro: Boca juega para conseguir resultados y en La Boca no lo hizo. Corinthians juega para conseguir resultados y deberá soportar la presión de la vuelta por creerse favorito. Así, sin el gol de visitante que "vale doble", la serie está abierta
Riquelme ya disputa una revancha con ley a su favor
Crédito foto: Fotobaires
La ley, nueva en la final e inentendible desde hace años para el torneo salvo por el aumento de probabilidad en la definición de tiros desde el punto penal, está puesta de antemano. No nació ayer y ya se ha jugado de esa manera. Pero aumenta la posibilidad de que el campeón pueda verse menos justo. Y si del gran torneo continental de nuestra geografía hablamos, debemos ver que la Champions con una definición también distinta a las anteriores fases (a un solo partido en cancha neutral) no dista demasiado y si no pregúntenle al aburrido Chelsea. Si se pensara en una hipotética final entre uno de estos dos equipos y los ingleses a fin de año, se podrían jugar directamente los penales.

Si Boca hubiera obtenido igual resultado hace una ronda, debería salir a ganarle al Corinthians en su propia casa cuando los dirigidos por Tité están invictos. Un equipo que busca igualar el récord continental de Independiente siempre va a tener menos presión del que busca la Copa por primera vez. La llave está empatada y abierta. 


Los de Falcioni (perdió como arquero del América de Cali las finales del 85', 86' y 87' contra Argentinos, River y Peñarol, esta última insólita en el tercer partido y la primera en el tercero también pero por penales), por jugar a lo de siempre se equivocaron, al igual que el árbitro que en la jugada más importante y clara, no expulsó a Roncaglia, autor luego del gol de su equipo. Boca sabe a lo que juega pero todavía no ha cambiado por grandes resultados su sistema de juego. Para justificarlo se debe quedar con esta Copa, si no le habrá hecho perder tiempo a sus hinchas. 

Error de Boca no haber buscado en casa un mejor resultado, confiarse en su juego, y llenarse de seguridad con un 1-0 adentro y el pensamiento de un empate o triunfo, mientras el otro buscaba el gol afuera.

Los equipos del Toto Lorenzo y Carlos Bianchi en este mismo torneo no se pueden discutir: los ganaron más de una vez. Y se sabían amos de las "vueltas olímpicas", por lo que especulaban con el score. Y el DT debe cuidarse porque los planteos de sus jugadores a principio de año están guardados sin llave a cajón abierto para ver qué pasa. Ya se dejó pasar el último Clausura a manos de Arsenal, al ganar sólo un punto de los últimos nueve en juego. 

Y es increíble que a los hinchas no pareciera importarles porque se saben dulces y confiados en esta Copa. Un error que puede traer cola: es que en la cabeza de la dirigencia no pasa de ninguna manera pensar en otro entrenador ante cualquier resultado adverso. 

Pero sin el gran objetivo trazado para este año y llamado "Séptima Libertadores", el plantel es probable no le responda más a Falcioni. Los grandes objetivos, a veces y más en esta ocasión, determinan que se selle una sana convivencia por un tiempo. Pero ésta, por lo general, se rompe con cualquier resultado. Algunos la pueden dilatar. O hacer cambiar las cabezas que se caen.

Y con la Copa adentro, la paz firmada por todos cambiará de muñeca y pasará a manos del entrenador, quien deberá obrar de manera distinta y menos soberbia a la mostrada luego de su primer título en Boca. 

Así están las cosas: con media Copa adentro y media afuera, con un plantel quedeberá responderle a un técnico que por ahora les gana en fallo dividido y que perderá por nocaut si se queda sin la Libertadores. 

Pero la hipocresía del fútbol (más premios y posibles pases) hace que esta unión se pueda romper a corto plazo, con el triunfo o la derrota. La diferencia estará marcada según quién agarre el poder.

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