Martín Palermo vivirá hoy un día más que especial al cumplirse un año de su retiro como futbolista y en medio de un cierre espectacular de temporada en el fútbol argentino y, en particular, de Boca, en el que sin duda sentirá nostalgia por estar ausente.
El 18 de junio de 2011, "El Loco" saltaba al campo de juego de Gimnasia de La Plata y, aunque no pudo despedirse con un grito de gol propio, fue determinante con una asistencia en el último minuto para el gol de Cristian Cellay que determinó el 2-2 final que terminó por condenar a Gimnasia de La Plata a jugar un desempate con Huracán para evitar el descenso directo.
Luego, "El Lobo" jugaría y perdería la Promoción con San Martín de San Juan, que determinó su descenso al Nacional B.
Con o sin festejo propio, Palermo siempre fue determinante para Boca: marcó 236 goles en torneos oficiales entre la Supercopa del '97 y el Clausura 2011.
Las mayores alegrías fueron los goles convertidos al Real Madrid en la Intercontinental del 2000 y los 10 a River, entre los que sobresale el que le hizo en la semifinal de la Copa Libertadores 2004 al regreso de una lesión de ligamentos que lo tuvo más de 6 meses fuera de las canchas.
Con "El Xeneize" ganó 6 títulos locales y 8 internacionales, fue goleador del Apertura 2008, de la Intercontinental del 2000, del Clausura 2007 y es, además del máximo anotador en la historia de Boca, el quinto mayor artillero de todos los tiempos de la Primera División.
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