Estaba todo dado para que "Pelusa" cerrara su renovación por una temporada más, aunque la confirmación oficial se hacía esperar con la intención de aguardar la reacción de los simpatizantes "xeneizes". Justamente ayer, el estadio fue una caldera y destrozó con insultos al entrenador, utilizando la figura de Juan Román Riquelme como lanza de poder. El técnico, a quien se lo vio abatido por el hecho, duda sobre la extensión... Se definirá entre lunes y martes. Hay aroma a "ciclo cumplido"
Crédito foto: Fotobaires
La Bombonera ya lo echó. Los dirigentes intentan defender el proyecto con todas sus fuerzas. Y el propio Julio César Falcioni ya no está tan convencido... ¿Qué pasó entre la reunión presidente-entrenador de la semana hasta las últimas horas después del partido Boca-Godoy Cruz? La opinión de la mayoría de la multitud que asistió al estadio para presenciar la agónica victoria por 2 a 1 fue prácticamente unánime: "No te queremos más en el club".
Antes, durante y después del encuentro ante el cuadro que comanda Martín Palermo,"Pelusa" fue el blanco de los insultos y descargas furiosas de los fanáticos, enojados por el flojo rendimiento colectivo del equipo y amparados por sobre todas las cosas en las palabras de Juan Román Riquelme, quien entre el jueves y el viernes pasado llevó a cabo un verdadero raid mediático para discutir la gestión del director técnico, declarando que Boca "no juega a nada" y que "no puede festejarse como un logro clasificar a la Libertadores".
Antes, durante y después del encuentro ante el cuadro que comanda Martín Palermo,"Pelusa" fue el blanco de los insultos y descargas furiosas de los fanáticos, enojados por el flojo rendimiento colectivo del equipo y amparados por sobre todas las cosas en las palabras de Juan Román Riquelme, quien entre el jueves y el viernes pasado llevó a cabo un verdadero raid mediático para discutir la gestión del director técnico, declarando que Boca "no juega a nada" y que "no puede festejarse como un logro clasificar a la Libertadores".
Ya estaba todo acordado, porque el ex Banfield y el máximo dirigente de la institución se habían reunido en un restaurant de la zona de Puerto Madero, en un meeting que duró hasta largas horas de la madrugada. Si bien estaban de acuerdo en las condiciones fundamentales para firmar por un nuevo año de vínculo entre las partes, entendieron que el veredicto de la gente el fin de semana sería más que importante de cara al futuro.
Y vaya si lo fue. Falcioni, que jamás logró enamorar a los hinchas con su estilo y rápidamente se convirtió en el enemigo público tras la salida del club de Román, solamente ganó en 2012 una Copa Argentina que no hizo olvidar las penas de otros torneos y también debió soportar inconveniente familiares importantes. Pero ayer sintió en carne propia los cuestionamientos como nunca y se lo vio abatido, con una decisión en duda de cara a lo que viene y la realidad marca que hoy está más afuera que adentro.
Los dirigentes están convencidos de su extensión de contrato por la falta de candidatos de peso para la sucesión (la gran obsesión, que se llama Guillermo Barros Schelotto, seguirá en Lanús hasta junio de 2013 como mínimo) y además entienden que su permanencia alejaría a Riquelme de la institución, algo que no desean de ninguna manera. Defienden su proyecto y lo bancan pese a todo, aunque fueron testigos del descontento popular y del pedido por Carlos Bianchi.
Será la gran historia del comienzo de la semana entrante. El '10' motivó a la multitud y ésta protagonizó una reacción imposible de ignorar. La gente avisó que no lo quiere más y tomó postura de cara a la determinación final, que sería entre lunes y martes: ¿Qué hará Falcioni? ¿Tendrá la suficiente espalda para seguir con una hinchada que no le aceptará el mínimo error o decidirá irse para descomprimir? Él tiene la última palabra.
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