El término del último semestre de Boca fue realmente para el olvido. Es que no sólo perdió el título local y la Copa Libertadores, cuando peleaba por la “Triple Corona”, sino que además tras la final de la competencia continental Juan Román Riquelme anunció que no seguiría en el club. Esto causó un verdadero “cimbronazo”, ya que los hinchas no soportaron la pérdida del último ídolo y comenzaron a pedir por la “cabeza” de casi todos.
Tras este anuncio del “10”, rápidamente se convocó a una reunión de Comisión Directiva para estudiar la manera de convencer a Román que revea su decisión.En la misma se resolvió que un grupo de dirigentes se junte con el enganche, al regreso de sus vacaciones. A la espera de esto, los simpatizantes realizaron un histórico banderazo en todo el país para expresarle su “amor incondicional” al referente y pedirle que no los “abandone”. Sin embargo, esto pareció no sensibilizar a Riquelme, que para la reunión pactada envió a su representante a decirles a los directivos que no daría marcha atrás a su decisión.
Al confirmarse esto, el presidente Daniel Angelici se encontraba fuera del país y el plantel de vacaciones. Por lo que se esperaba sus respectivos regresos para comenzar a aclarar el panorama. Y el nuevo “NO” de Riquelme fue el detonante para que los hinchas comenzaran a pedir las salidas de quienes ellos consideraban responsables de la decisión de su ídolo. Precisamente por esto, cuando la delegación “xeneize” inició los trabajos de pretemporada aparecieron los primeros apuntados reflejados en “panfletos”.
Pero todavía faltaba la aparición física del máximo dirigente, Angelici. Su regreso se dio ayer y lo primero que aclaró fue que “Boca es más que un jugador”. Enseguida, el directivo convocó a una reunión extraordinaria para comenzar a resolver con todos los miembros de la CD la desvinculación del “10”.
Pero lejos estuvo de aclararse el panorama. Es que el ex capitán no estaría dispuesto a ceder en nada. ¿Qué significa esto? El club le adeuda al jugador alrededor de 1.300.000 dólares y a su vez, en el contrato Román tiene una cláusula de recisión de 2.500.000 de la misma moneda. Ante la intención del ex Argentinos de marcharse en condición de libre, la idea de la entidad era que él resignara su deuda y así se llegara al término del vínculo. Pero Riquelme desea que Boca le abone lo adeudado y a su vez no hacerse cargo él de la clausula de recisión.
El “Xeneize” no estaría dispuesto a aceptar esto, ya que quedaría con todas las de perder económicamente, pero a su vez no quiere generar ningún tipo de conflicto con el enganche que despierte una mayor disconformidad y reprobación de los simpatizantes.
La CD sabe que “si da el brazo a torcer” ante los pedidos de Riquelme, el futbolista los dejaría bien parados y los respaldaría en la conferencia que tiene prometida realizar;pero no están decididos a pagar un “costo” tan alto en lo institucional. Por eso, la dirigencia se encuentra completamente “perdida”, no sabe aún cómo resolver la desvinculación del ídolo y por eso optan por el silencio.
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